Este año es la primera vez, desde que hay registros, que España supera la barrera de las 300 personas ahogadas antes de agosto. De las 302 personas que murieron los primeros siete meses del año, 150 personas han muerto bañándose en la playa, 62 en ríos, 31 personas en piscinas y los 60 restantes en otros espacios —como pantanos, estanques, charcas o zonas del mar alejadas de la orilla— según el Informe Nacional de Ahogamientos. De los fallecidos, la mayoría (256) eran de nacionalidad española.
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