14 marzo 2014

El futuro es de las profesiones que todavía no existen

Hace 20 años, ¿quién sabía lo que era un 'webmaster'? El mercado laboral cambia a la velocidad de la luz y las empresas no encuentran trabajadores adecuados a sus necesidades. Mientras, gobiernos, instituciones y 'think tanks' buscan descifrar las tendencias del futuro. Analizamos los cinco estudios más destacados sobre el tema en busca de las claves para no quedarse atrás.



Si su hijo le dice que de mayor quiere ser guía de turismo espacial o ingeniero de esqueletos robóticos, no le dé una colleja. Porque lo más probable es que acabe trabajando en una profesión que todavía no existe. O eso, al menos, afirman los expertos mundiales. Gobiernos, instituciones y think tanks hacen sus predicciones sobre el mercado laboral del futuro. Hemos comparado los informes más prestigiosos realizados en Europa y los Estados Unidos... y sus conclusiones sorprenden.
La consultora McKinsey publicó el pasado mes de enero un estudio elaborado a partir de 8000 cuestionarios distribuidos entre jóvenes, empresas y centros de formación en ocho países europeos. En el estudio, cuatro de cada diez empleadores se quejan de que no pueden encontrar trabajadores que ocupen puestos en sus empresas, y más de un tercio de los encuestados dijeron que sus negocios están sufriendo por la escasez de trabajadores con las habilidades apropiadas. En resumen, no es tanto que falte trabajo como que los centros educativos no están enseñando a sus alumnos lo que deberían aprender.
Sin embargo, más del 70 por ciento de las instituciones educativas encuestadas no se dan por aludidas y opinan que sí están preparando adecuadamente a sus graduados para el mercado laboral. Así que algo no encaja. Y en este fuego cruzado las víctimas son los jóvenes: uno de cada tres jóvenes de la Unión Europea está mano sobre mano. Según Mona Mourshed, directora educativa de McKinsey, existe un desfase entre lo que se enseña para obtener un título y lo que necesita hoy la economía. «Educadores y empleadores viven en universos paralelos», zanja. Y para muestra, un botón. El empleo en el sector de la construcción ha caído un 62 por ciento en España desde 2005. Pero no parecen haberse enterado ni los responsables políticos ni los rectores de las universidades. O les da igual, porque el número de graduados en Arquitectura e Ingeniería Civil ha crecido nada menos que un 174 por ciento.
Este desfase es trágico e invita a los chavales a hacerse preguntas demoledoras. Si la sociedad ya no me garantiza que llegaré a ser lo que quiero, incluso después de haber hecho todo lo que me han inculcado que hay que hacer, ¿por qué esforzarme? ¿Por qué emplear tantos años en formarme si no estoy recibiendo una educación que sirva para el mundo real? En definitiva, ¿para qué estudiar? No obstante, estudiar es la solución. Como afirma el informe de McKinsey, el mundo se enfrenta a una escasez de 40 millones de trabajadores con educación superior en el año 2020 y a un posible superávit de casi cien millones de trabajadores poco cualificados que lo van a tener crudo. O más crudo, en todo caso, que sus amigos con carrera o FP. Lo que hay que hacer es replantearse qué habilidades se necesitan y procurar que los jóvenes las adquieran. ¿Sacamos la bola de cristal para ver qué futuro laboral les espera? Partimos de varias premisas. A lo largo de la vida desempeñarán tres o más profesiones diferentes. Algunas de ellas aún no existen. Y la clave del éxito será la capacidad de adaptación a un mercado global cambiante.
¿Qué sectores necesitarán mano de obra cualificada? Según la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento Americano de Empleo, serán aquellos con fuerte contenido tecnológico y los vinculados a la economía 'verde'. Pero también profesiones más tradicionales, relacionadas con el cuidado de las personas, como enfermero o fisioterapeuta, como consecuencia del envejecimiento de la población. Experimentarán un auge la asistencia a domicilio, los terapeutas experimentales, que propondrán tratamientos alternativos a los pacientes; y los cirujanos de la memoria, que ayudarán a los ancianos a conservar sus recuerdos.
Bruselas ha lanzado su propio estudio y también estima que el aumento de puestos de trabajos se concentrará en tres áreas: sanidad, tecnología de la información y economía 'verde'. En este último sector se crearán veinte millones de empleos a partir de 2020. Por ejemplo, rastreador de trazabilidad, que estudiará la cadena de proveedores para evitar comprar productos muy contaminantes. Estas y otras ocupaciones se recogen en un macroestudio del think tank británico Fast Future, que vislumbra 110 nuevas profesiones en 2030 (de este informe hemos seleccionado los diez nuevos empleos que aparecen en este reportaje). En la misma línea, la consultora Sodexo identifica 30 profesiones. Algunas nacerán de la fusión de carreras; por ejemplo, agrochef, una combinación de cocinero y agricultor ecologista. Y otras de la resolución de problemas, como arqueólogo digital, experto en investigar la reputación digital de personas y sociedades, bien para sacar trapos sucios o bien para ocultarlos.
Otro informe, del Institute for the Future, con sede en Silicon Valley, detalla cuáles son las técnicas que deberán dominar los trabajadores del futuro, es decir, las asignaturas que deberían aprender. Por ejemplo: inteligencia social, la capacidad para conectar y empatizar con los colegas; pensamiento adaptativo, para hallar soluciones y respuestas originales a problemas que surgen sobre la marcha; la habilidad para traducir inmensas cantidades de datos en conceptos abstractos y saber encontrarles una aplicación práctica; transdisciplinaridad o ser capaces de entender conceptos de múltiples disciplinas. Y también pericia para filtrar la sobrecarga de información y detectar lo relevante. Como advierten los autores del estudio, se trata sobre todo de habilidades humanas, asignaturas que los robots y las máquinas, con los que habrá que competir para encontrar trabajo, tienen problemas para aprobar.
Yo seré agricultora vertical
-¿Qué hará? Cultivará verduras en edificios y rascacielos que funcionarán como grandes invernaderos en altura.
-¿Por qué habrá demanda? Porque en el año 2030 la población mundial superará los 8300 millones de habitantes, 1200 millones más que ahora. Y la mayoría vivirá en ciudades. Harán falta nuevos terrenos cultivables con una extensión mayor que Brasil para alimentarlos. Una solución será la agricultura vertical. Cultivos hidropónicos (sin suelo, en soluciones acuosas), tapizando las paredes y tejados con un entramado de mallas y tuberías. Un edificio de 30 plantas podría alimentar a diez mil personas. La idea es que las ciudades sean fértiles y se autoabastezcan.
-¿Cómo será su jornada? Tendrá que programar el riego por goteo, revisar los paneles solares de la calefacción, monitorear las condiciones atmosféricas, cosechar, comercializar los productos... El objetivo es que el consumidor sea local o de kilómetro cero para minimizar la huella de carbono por el transporte en camiones frigoríficos y evitar el sobrecoste de los intermediarios.
-¿Qué estudiará? España es líder mundial en tecnologías hidropónicas y de invernadero. En esta campo son punteras la Universidad de Almería, con Grado en Ingeniería Agrícola, y la Universidad Politécnica de Cartagena (Murcia), con Grado en Ingeniería de la Hortofruticultura. Otra opción es el posgrado en Ciencias Ambientales en la Universidad de Columbia (EE.UU.), donde Dickson Despommier al que se considera el padre de la agricultura vertical es profesor de Salud Pública y Ambiental.
Yo seré nanomédica
-¿Qué hará? Aplicará la nanotecnología el nanómetro es una millonésima de milímetro a la medicina. Terapia génica, reparación de tejidos, tratamientos oncológicos a la carta...
-¿Por qué habrá demanda? Las nuevas terapias tendrán escala molecular. Por ejemplo, se construirán microrrobots capaces de buscar y destruir células tumorales, o de regenerar músculos, o de disolverse en la sangre con una carga de antibióticos. Los nanosistemas de liberación de fármacos transportarán los medicamentos directamente a las células diana y reducirán su acumulación en las sanas, disminuyendo su toxicidad.
-¿Cómo será su jornada? Líderará un equipo donde habrá cirujanos y farmacéuticos, y se coordinará con ingenieros en nanomateriales y expertos en mecánica, electricidad o imagen microscópica. Pasará consulta, diseñará soluciones concretas para cada paciente y supervisará la intervención en el quirófano.
-¿Qué estudiará? La nanomedicina ofrecerá oportunidades a médicos, ingenieros, químicos, biólogos... En la Universidad de Santiago de Compostela imparte clases María José Alonso, catedrática de Tecnología Farmacéutica reconocida por sus investigaciones en nanopartículas como vehículos para la aplicación de vacunas. En EE.UU., James Baker dirige el Instituto de Nanotecnología para Medicina de Míchigan.
Yo seré 'meteopolicía'
-¿Qué hará? Controlará y perseguirá actividades ilícitas que alteren la meteorología.
-¿Por qué habrá demanda? El cambio climático y la escasez de agua harán surgir una delincuencia especializada en modificar los patrones meteorológicos. Estos cambios podrán poner en riesgo cosechas de las que dependen millones de vidas y ocasionar grandes fluctuaciones en los precios de cultivos estratégicos cereales, café, cacao..., para especular en los mercados.
-¿Cómo será su jornada? Inspeccionará actividades sospechosas mediante el análisis en tiempo real de los datos recopilados por drones y sensores en tierra. El objetivo es perseguir a los ladrones de nubes, que durante décadas formaron parte del folclore conspiranoico y que en 2030 tendrán a su disposición un arsenal de agentes químicos y biológicos. En la actualidad ya se usan cohetes de yoduro de plata para estimular la lluvia.
-¿Qué estudiará? El Máster en Geofísica y Meteorología de la Universidad Complutense, por ejemplo. Los 'meteopolicías' formarán equipo con agentes dedicados al contraterrorismo. En la Universidad de Ginebra (Suiza), el profesor Jean-Pierre Wolf ya trabaja en la alteración de la meteorología mediante láser de onda ultracorta, capaz de evitar el granizo.
Yo construiré coches alternativos
-¿Qué hará? Diseñará y fabricará transportes con materiales y combustibles alternativos.
-¿Por qué habrá demanda? Porque la tecnología de nanotubos de carbono, material que soporta enormes fuerzas tensiles, permitirá crear vehículos más resistentes y ligeros. Además, se habrán abaratado los coches híbridos enchufables y fuel cell (con celdas de combustible de hidrógeno y oxígeno). En la década de los veinte comenzará el declive de la extracción de petróleo. Las ecobicicletas que no necesitan pedaleo se pondrán de moda.
-¿Cómo será su jornada? La mayoría del desarrollo tendrá lugar en los departamentos de I+D de los fabricantes de automóviles actuales. Pero habrá start-ups fuera de la industria, en especial con nuevos combustibles y baterías. El diseño sobre plano, la integración de los diferentes subsistemas, la manufactura de las piezas y los ensayos en carretera consumirán la mayor parte de la jornada.
-¿Qué estudiará? El Grado en Diseño Industrial y el Grado en Ingeniería del Automóvil de la Universidad Nebrija, en Vigo. También se puede seguir un itinerario relacionado con la Ingeniería de los Materiales en la Politécnica de Madrid, con diseño en 3D y prácticas en empresas. Audi y Toyota usan las 24 horas de Le Mans como banco de pruebas para sus prototipos híbridos y eléctricos.
Yo seré trabajadora social de redes
-¿Qué hará? Dará apoyo moral y psicológico a los marginados de las redes sociales.
-¿Por qué habrá demanda? Porque en 2030 llegará al poder la primera generación de nativos digitales. No habrá distinción entre la vida real y la virtual, ya que el acceso a las redes, a través de smartphones, tabletas, gafas, electrodomésticos e incluso aplicaciones insertadas en el cerebro, permitirá una simbiosis entre experiencia digital y física. Viviremos en red y quedarse fuera equivaldrá a una muerte civil.
-¿Cómo será su jornada? Atenderá a los parias del nuevo orden digital. Aunque se habrá perdido en gran medida la privacidad, seguirá habiendo víctimas de ciberacoso, sexting, espionaje, difamaciones, burlas, adicciones, mobbing... Además, habrá marginados voluntarios que se alejarán de las redes y a los que deberán reconducir si intentan volver. Las empresas estarán muy pendientes de su reputación digital y el trabajador social deberá mitigar el estrés que provocará la publicidad viral negativa en las plantillas.
-¿Qué estudiará? Psicólogos especialistas en relaciones grupales y trastornos de la conducta. Ya hay cátedras de ciberpsicología, como la de Kent Norman en la Universidad de Maryland, experto en computer rage, sentimientos de frustración por el uso de las tecnologías. También hay cursos de computación afectiva en el MIT Media Lab, en Massachusetts.
Yo seré 'biohacker'
-¿Qué hará? Alterará el ADN de plantas, animales y seres humanos para crear nuevos virus benéficos (mejorar cosechas y vacunas) o criminales.
-¿Por qué habrá demanda? Porque los códigos genéticos se podrán traducir y piratear como se hace ahora con el lenguaje binario de los ordenadores. El transhumanismo, esto es, la creencia de que es factible y deseable alterar la información genética para crear un ser superior, ya no será una utopía. Muchos profesores de Informática de la universidad vendrán de movimientos underground.
-¿Cómo será su jornada? La mayoría de los genomas de los seres vivos serán de acceso público, pero sus alteraciones podrán patentarse. Las dudas éticas sobre la creación de nuevas especies y cíborgs quedarán en segundo plano. Algunos hackers se convertirán en celebridades, otros estarán en las listas de los delincuentes más buscados.
-¿Qué estudiará? Muchos biohackers provendrán del activismo. Otros recibirán apoyo institucional, serán financiados por farmacéuticas y compañías de agricultura transgénica o serán reclutados por las agencias de seguridad gubernamentales. Un curso de diseño en Goldsmiths (Universidad de Londres) con el bioartista Tuur Van Balen puede abrir los ojos a las implicaciones de esta disciplina.
Yo seré gestor de avatar docente
-¿Qué hará? Programará la interfaz que conectará a los alumnos con sus profesores virtuales y con las empresas que ofrecen trabajo.
-¿Por qué habrá demanda? El nuevo contexto educativo será multitarea, multimedia, hipertextual... Un dato: en 2019, la mitad de las enseñanzas de secundaria se impartirán on-line en EE.UU.
-¿Cómo será su jornada? El papel del educador será reformulado. Pero también el de los estudiantes, cuya atención será incluso más dispersa que ahora, sin que sean penalizados por ello. Los conocimientos ya no se memorizarán, se descargarán. El profesor se convertirá en un orientador, un guía interactivo y, en muchos casos, un avatar o representación gráfica que servirá de mediador entre el programa docente y los directivos de las empresas. No impartirá asignaturas. Ayudará a que el alumno se cree su propio menú de intereses según su vocación y las necesidades del mercado.
-¿Qué estudiará? Según Nicholas Negroponte, por un lado, los alumnos aprenderán en PC, tabletas y otros dispositivos; por otro, los ordenadores no se limitarán a enseñar, también lo aprenderán todo sobre cada alumno y lo conectarán a las empresas que ofrecen un puesto que se adecue a su perfil. Máster en la Universidad de Warwick (Reino Unido), donde es profesor Sir Ken Robinson, conocido por sus charlas en TED sobre educación.
Yo seré consultora gerontológica
-¿Qué hará? El consultor de bienestar gerontológico asesorará a clientes de la tercera edad en temas médicos, psicológicos, dietéticos, legales...
-¿Por qué habrá demanda? La población mayor de 80 años triplicará la actual y estará más en forma que nunca. Los ancianos dispondrán de soluciones médicas, farmacéuticas, protésicas, psiquiátricas y deportivas para seguir 'dando guerra'. Proporcionar apoyo para que esa fase vital sea saludable reducirá, además, el coste para las arcas públicas.
-¿Cómo será su jornada? Será un profesional todoterreno que no asesorará solo sobre cuidados médicos. También los ayudará con el mantenimiento del hogar, el transporte, las relaciones sociales, el ejercicio... Será también un consultor legal (legislación sobre pensiones), dietético (seguir un régimen) y motivacional. Hará de psicólogo, los ayudará con las gestiones bancarias... Su actividad no estará circunscrita a las clases adineradas, ya que sus servicios se incluirán en muchos planes de jubilación.
-¿Qué estudiará? Enfermería y Fisioterapia son dos carreras tradicionales que están en todas las quinielas de profesiones con un futuro brillante. En este caso, más que la especialización, es conveniente optar por una estrategia holística (global). Cuantas más habilidades, mejor: desde cocina hasta musicoterapia.
Yo seré inspector de cuarentena
-¿Qué hará? Establecerá un perímetro de seguridad en caso de un brote epidémico mientras se identifica el agente patógeno.
-¿Por qué habrá demanda? Las epidemias transmitidas por virus de animales, como mutaciones de gripe, y la amenaza del bioterrorismo generalizarán los centros de control y prevención de enfermedades, como el de Atlanta (EE.UU.), donde se guardan repositorios de virus, bacterias y parásitos en caso de precisar vacunaciones masivas, con equipos de respuesta de emergencia.
-¿Cómo será su jornada? Serán brigadas estacionales o a tiempo completo, en función del problema. Los agentes trabajarán en turnos cortos para evitar su propio contagio. Recibirán adiestramiento psicológico para manejar situaciones de estrés. Establecerán puntos de control, protocolos de descontaminación y zonas de evacuación.
-¿Qué estudiará? Disciplinas como medicina, biología sanitaria, microbiología, epidemiología y veterinaria serán viveros profesionales. También militares con experiencia NBQ (en la guerra nuclear, biológica y química). El inspector de cuarentenas ofrecerá un servicio similar al de los agentes de aduanas especializados en bioseguridad en puertos y aeropuertos. El Instituto de Patógenos Emergentes de la Icahn School of Medicine (Nueva York) es un centro mundial de referencia en esta especialidad.
Yo seré ingeniera de órganos
-¿Qué hará? Fabrica órganos y extremidades mediante una combinación de ingeniería genética, regeneración de tejidos, robótica y cirugía.
-¿Por qué habrá demanda? La medicina regenerativa ya no es la utopía del doctor Frankenstein. Los científicos creen que cada parte del cuerpo tiene células capaces de regenerarse; solo hay que 'convencerlas' para que crezcan. Los avances en robótica y biomateriales harán posible la sustitución de órganos y extremidades sin necesidad de trasplantes y el almacenaje de piezas de recambio.
-¿Cómo será su jornada? Habrá picos de demanda. Por ejemplo, cuando los soldados regresen de una misión de combate. Entre la clientela también habrá deportistas lesionados y ancianos con rotura de cadera. Un riñón o un hígado podrán ser cultivados en incubadoras, mientras que un brazo precisará la integración de nanocirugía, nervios de fibra óptica, piel artificial, músculos sintéticos...
-¿Qué estudiará? El Grado y/o Máster en Ingeniería Biomédica (Barcelona, Valencia, Zaragoza, Madrid, Navarra...). Es una carrera multidisciplinar con materias como electrónica, informática, biomecánica, rehabilitación, robótica... Un pionero en la ingeniería de tejidos celulares es Anthony Atala, director del Instituto Wake Forest de Medicina Regenerativa de Carolina del Norte.
-Profesiones tradicionales al alza: farmaceúticos, mecánicos de bicicleta, conductores, jardineros, fontaneros, psicólogos, programadores de software, intérpretes, químicos, paisajistas, ecólogos, hidrólogos, geólogos, matronas, comerciales... Y una carrera que nunca suele fallar: dirección y administración de empresas.

  http://www.finanzas.com/xl-semanal/magazine/20140309/futuro-profesiones-todavia-existen-6972.html#VwZ1IbpIj5lCY3NV




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